Mortinato y muerte fetal
August 25, 2020
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Negligencia médica
La muerte fetal ocurre cuando una madre pierde a su bebé entre la semana 20 del embarazo y el nacimiento. La muerte fetal puede deberse a complicaciones del embarazo o del parto, como:
- Preeclampsia — cuando una futura madre desarrolla hipertensión arterial durante el embarazo.
- Corioamnionitis — una infección que puede sufrir una madre embarazada cuando las bacterias se desplazan hacia el útero y afectan a la placenta y a las membranas que rodean al bebé.
- Prolapso del cordón — cuando el cordón umbilical pasa por el canal del parto antes que el bebé. Si esto ocurre en un hospital, los médicos y/o enfermeros deben tomar medidas de inmediato para proteger la vida del bebé; si no se toman medidas inmediatas, el bebé puede sufrir lesiones graves o la muerte.
- Diabetes gestacional — un problema común en el que una mujer embarazada sin diabetes desarrolla diabetes durante el embarazo. La diabetes gestacional no tratada pone al bebé en riesgo de sufrir hipoglucemia neonatal, parto prematuro, asfixia congénita o reducción de la perfusión uteroplacentaria (RUPP).
- Cordón nucal — se produce cuando el cordón umbilical se envuelve alrededor del cuello del bebé. El cordón nucal es bastante común, pero puede ser peligroso si el médico tratante o el personal de enfermería no lo tratan adecuadamente.
- Desprendimiento de placenta — ocurre cuando la placenta se separa del útero antes del nacimiento. Esto hace que el bebé no reciba suficiente oxígeno y puede convertirse rápidamente en un estado crítico y, en muchas ocasiones, requerir una cesárea de emergencia.
- Sufrimiento fetal — ocurre cuando un bebé se ve privado de oxígeno, lo que provoca un cambio en la frecuencia cardíaca del bebé durante el parto y, en última instancia, puede provocar hipoxia, una lesión cerebral grave o incluso la muerte. Con la supervisión adecuada por parte de un médico o personal de enfermería, se debe detectar el sufrimiento fetal y se pueden realizar intervenciones, incluida una cesárea de emergencia, para proteger al bebé de cualquier daño.
- Rotura uterina — esto ocurre cuando las paredes del útero se desgarran o se rompen, lo que provoca falta de oxígeno en el bebé y sangrado en la madre. Esto es más común durante los partos con VBAC, que es un parto vaginal después de una cesárea.
- Placenta previa — esto ocurre cuando la placenta bloquea la abertura cervical y puede bloquear el camino del bebé para salir del útero. La placenta previa en las primeras etapas del embarazo puede resolverse por sí sola y, por lo general, no es un problema grave. Sin embargo, la placenta previa en el tercer trimestre puede provocar hemorragias graves en la madre y lesiones durante el parto en el bebé.
Con un control adecuado y una atención médica oportuna, los médicos y el personal de enfermería a menudo pueden prevenir las complicaciones del embarazo o el parto que provocan la muerte fetal y la muerte fetal. La atención obstétrica ha evolucionado en los últimos años hasta el punto de que estas complicaciones, así como la forma de tratarlas, son bien conocidas y el nivel de atención está bien establecido. El hecho de que el médico tratante o las enfermeras de parto no supervisen o intervengan adecuadamente a menudo equivale a negligencia y constituye la base de una reclamación por daños y perjuicios.
Si usted o un miembro de su familia han tenido recientemente complicaciones durante el embarazo o el parto que provocaron la muerte del feto o la muerte del feto, es posible que tenga derecho a una indemnización por los daños sufridos. Póngase en contacto con Bonner Law en 305-676-8800 para una consulta gratuita. Tenemos más de 30 años de experiencia representando a pacientes y proveedores de atención médica en litigios por negligencia médica.